DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo IV de Pascua

Publicado: 23/04/2015: 1161

La religiosa dominica Mariela Martínez profundiza en el texto evangélico de la liturgia de este domingo.

La imagen de Dios-pastor que encontramos en el evangelio de hoy es conocida en el Antiguo Testamento. El profeta Ezequiel ya había expresado con ella el cariño de Dios por su pueblo. El Pastor tiene una relación personal con cada oveja según la situación que está viviendo: «Buscaré a las ovejas perdidas y haré volver a las descarriadas; vendaré a las heridas y robusteceré a las débiles» (Ez 34,15-16). Jesús se auto-presenta por dos veces con esa imagen, “Yo soy el Buen Pastor”, y muestra la razón de ello. En primer lugar, porque da la vida por sus ovejas, vive en función de ellas, deseoso de exponer su existencia, incluso de entregarla por librarlas de los ataques del lobo. En segundo lugar, porque conoce a sus ovejas y sus ovejas le conocen a él. Este conocimiento hace referencia a la intimidad, supone la comunión de corazón a corazón, hasta tal punto que lo asemeja al que tiene con su Padre. En este tiempo pascual en el que estamos celebrando que Jesús “ha dado la vida y la ha recuperado”, se nos invita a disfrutar de ese Pastor Bueno: de su generosidad al dar su vida por nosotros, y de su intimidad, de corazón a corazón. No estamos solos. él «nos conduce a buenos pastos» (Sal 23). Pero esto también nos compromete. Nos invita a seguir su estilo de vida y a salir a buscar a las ovejas de “otro redil”, a ser esa “Iglesia en salida” que llegue a las periferias (cf. E.G.20).

Mariela Martínez

Religiosa dominica, doctora en Teología

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