NoticiaMisión diocesana Málaga y Caicara unidas en oración y misión Publicado: 11/07/2024: 4993 Venezuela El 21 de julio celebramos el Día de la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco en la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar, en Venezuela. Se cumplen 38 años de colaboración misionera entre ambas diócesis y el Sr. Obispo ha escrito con este motivo una carta pastoral en la que pide recordar especialmente a nuestros misioneros «Nuestra Diócesis ha ofrecido siempre un apoyo constante a la actividad misionera de la Iglesia Universal –afirma Mons. Jesús Catalá en su mensaje para el Día de la Misión Diocesana–. En este día recordamos especialmente a nuestros misioneros que han colaborado y siguen haciéndolo en la zona de Caicara del Orinoco y en otros lugares de Venezuela. También recordamos hoy a todos nuestros misioneros malagueños (sacerdotes, religiosos y laicos), que están en pleno campo de misión en distintos continentes». × En este año dedicado a la oración previo al Jubileo del 2025, el lema de esta jornada hace referencia a la importancia de rezar por la misión: “Málaga y Caicara del Orinoco en oración y misión”. En este sentido, el obispo de Málaga ha pedido elevar «al Señor nuestra oración, para que siga bendiciendo el trabajo de los misioneros y les llene el corazón de la alegría del Evangelio y de su paz de Resucitado. Nuestra oración se dirige también a Dios a fin de suscitar nuevas vocaciones misioneras entre los jóvenes, para que tengan un corazón grande para amar y generoso para entregarlo al servicio del Evangelio». Según la Delegación Diocesana de Misiones, a lo largo de su historia han sido un total de 11 los sacerdotes que han compartido la vida en la Misión Diocesana. Asimismo, ha pedido que en la oración que se proclame hoy en las distintas parroquias se realice un «agradecimiento a los sacerdotes diocesanos enviados a otras diócesis venezolanas desde 1954 y a los laicos malagueños que han pasado por la Misión Diocesana». Templo La Inmaculada (Campamento Bauxilum-Los Pijiguaos) × En la actualidad, queda solo un sacerdote malagueño, Juan Manuel Barreiro, atendiendo la Misión Diocesana, un territorio de 45.000 kilómetros cuadrados, la extensión de media Andalucía, en el que trabaja junto a un pequeño equipo de sacerdotes locales. Barreiro concretamente atiende el extremo suroccidental de este territorio a 200 kilómetros de Caicara, con numerosas comunidades indígenas y criollas. Este misionero destaca que, si bien es conocida en España «la profunda y prolongada crisis en la que se encuentra Venezuela», esta se padece «de forma más viva en este apartado lugar de la geografía. Aquí sentimos más fuerte aún todo lo que concierne a las carencias y limitaciones en bienes y servicios, en alimentación, salud, comunicaciones, combustibles y un largo etcétera». Bendición de la primera carga de Bauxita en la mina de El Jobal × La colecta que el 21 de julio se llevará a cabo en todas las parroquias y comunidades de la provincia de Málaga y la ciudad autónoma de Melilla, que forma parte también de la Diócesis, servirá para sostener esta misión de todos los malagueños en Venezuela. A este respecto, Mons. Catalá pide el compromiso de los diocesanos «a ayudar económicamente a los misioneros en estos tiempos difíciles, pues necesitan medios para su actividad misionera y recursos con los que afrontar las necesidades de la misión» y ha agradecido «a todos los fieles, a las parroquias, a las comunidades cristianas, asociaciones y grupos misioneros, que hacéis posible con vuestra oración y aportación económica que nuestros misioneros continúen la labor evangelizadora por el mundo». × Barreiro, por su parte, agradece la generosidad de los malagueños: «Desde las parroquias de nuestra señora del Carmen en La Urbana y Nuestra Señora del Valle en Morichalito los Pijiguaos, seguimos contando con vosotros. Somos la Iglesia del Señor y Él os responderá sin duda con el ciento por uno». Sentir el apoyo de su Iglesia madre le hace sentirse «impulsado con más ahínco en el ejercicio fraterno y solidario de la caridad». En su mensaje para este día, Catalá llama finalmente la atención sobre la vocación misionera que corresponde según la doctrina católica a todos los cristianos, recordando que «todos tenemos una misión, recibida en el bautismo, por la que el Señor nos envía a ser sus testigos y anunciadores de la Buena Nueva, en el ámbito donde cada cual desarrolla su vida personal, profesional y vocacional».