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Ha fallecido el músico Alexandre Lacaze, antiguo alumno de la Fundación Victoria

Alexandre Lacaze
Publicado: 17/09/2019: 22162

El cantautor, que estudió en Santa Rosa de Lima, murió el domingo 15 de septiembre a causa de una leucemia que ha testimoniado de modo ejemplar en las redes sociales.

Alejandro Lacaze nació en Marbella hace 45 años, y el sueño de su niñez se hizo realidad gracias a su talento. En su carrera como músico independiente cosechó una importante fama en el ámbito de la chanson rock,  realizando más de diez años de giras que le granjearon el reconocimiento de crítica y público y ser situado a la altura de artistas como Jeff Buckley. La mayor parte de sus composiciones, en francés en honor a sus orígenes, están recogidas en trabajos como "Les recifs de l'espoir" o "Fantoms des marins".

El reconocido poeta Francisco Quintero, que compartió aulas en Santa Rosa de Lima con Alejandro durante las etapas de BUP y COU en la década de los ochenta, recuerda de modo especial «esos ratos de creatividad que compartíamos en el patio del colegio, él con su guitarra y sus composiciones y yo con mis poemas. Es un recuerdo precioso y con el que quiero quedarme: los dos formándonos en nuestra creatividad juntos». Cuando habla de él, se percibe que les unía un profundo cariño. «Era una persona muy sensible, muy apegado a la cultura, y cuyo objetivo era ser cantautor. Y lo fue», explica Quintero.

Evaristo Pérez también estudió en Santa Rosa de Lima y compartió una gran amistad con Alejandro, llegando a ser íntimos amigos durante su estancia en el centro diocesano. «En esos años descubríamos el mundo, y descubrirlo con alguien como él fue un regalo. Tenía mucha personalidad, era un gran soñador y no paraba hasta hacer esos sueños realidad. Sus proyectos estaban, ya desde entonces, relacionados con la composición, la literatura, la pintura… Componíamos letras, sueños y compartíamos sentimientos en las rocas junto al mar, un lugar que le apasionaba. Cuando crecimos, dejamos de vernos, pero retomamos el contacto hace unos años, y siempre hemos dado gracias a Dios por esta amistad».

TESTIGO DE LA ENFERMEDAD

Tras ser diagnosticado de una leucemia en 2016, fue intervenido para un transplante que, lamentablemente, no consiguió el fin esperado, falleciendo el pasado domingo.

Lacaze, que fue profesor de Pablo Raez, tuvo en común con este el hecho de vivir la enfermedad con esperanza, moviendo a quien quisiera escucharle a no tirar la toalla ante la adversidades. De su lucha ha dejado constancia en su perfil de facebook. A través de ese medio agradecía el cariño de quienes le animaban: «Sus oraciones han hecho que mis ojos sigan abiertos. Cada vez que alguien me atribuye mérito por sobrevivir y me halaga con algún tipo de piropo en mi resistencia, antes de sacar pecho, quiero huir y escapar de cualquier tipo de vanidad porque sé que quienes han caído en la enfermedad merecen lo mismo o más que yo. Felicitémonos todos de poder estar al lado de quien amamos y de no verlos (a nuestro prójimo amado) sufriendo». Y en su último mensaje publicado, en junio de este año, Lacaze se reconocía buscando «la bondad y la humildad, no como el que la tiene y alardea de ella, sino como quien aspira en su vergüenza a llegar a ellas, sin juzgar lo que hagan otros. Para ser el mejor o el peor de los hombres solo se precisa una cosa: vivir cada día. Porque es en "el cada día" donde nuestra virtud actual puede convertirse en podredumbre pero también dónde se puede cambiar nuestra deshonra en lo ejemplar. Estoy agradecido a todo el cariño mostrado y pido disculpas en cuanto no pude atender. Hay que pasarlo y entenderlo. Ocurre en la "noche del huerto", que una vez dadas las gracias, hay que despedirse lo más discretamente posible y sin hacer ruido». 

Su entorno y sus seguidores lloran su pérdida, y su compañero de clase en Santa Rosa de Lima afirma que «se ha ido demasiado joven. Es bueno que tengamos un bonito recuerdo de él y de su paso por este mundo. Su lucha con la enfermedad ha sido transparente y comprometida, y además de luchar, ha querido ayudar a los demás transmitiendo valor y coraje a quienes pasan por situaciones similares» explica Quintero.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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