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Día de la Misión Diocesana

Publicado: 27/04/2017: 22898

"Misioneros en la frontera"

Tres sacerdotes malagueños atienden en Venezuela un territorio equivalente a la mitad de Andalucía. En moto, todoterreno, canoa o avioneta, el Evangelio se abre paso en medio de la selva para atender las necesidades espirituales y materiales de miles de hermanos nuestros. Es nuestra misión, la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco.

La colecta de este fin de semana se destina a la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco

Este domingo, 30 de abril, la Diócesis de Málaga dedica la jornada a dar a conocer la Misión que sostiene en Venezuela, concretamente en la zona conocida como Caicara del Orinoco. Un día para rezar por estos hermanos nuestros y para contribuir económicamente con la labor que allí realiza la Iglesia de Málaga. En la actualidad, son tres los sacerdotes malagueños que desempeñan en Venezuela su ministerio: Manuel Lozano, Juan Manuel Barreiro y, desde hace dos meses, Antonio Collado, en la que es ya su tercera estancia misionera en Caicara.

Luis Jiménez, delegado diocesano de Misiones

Un año más celebramos, en plena Pascua, el domingo 30 de abril, el Día de la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco. Este año hemos escogido el lema: “Misioneros en la frontera”, en consonancia con la llamada del papa Francisco a vivir una Iglesia en salida, ir a las fronteras del mundo y de la Iglesia para hacer presente el amor y la esperanza a tantos hombres y mujeres del mundo que viven en una situación de descarte y en riesgo de exclusión.

Pues bien, nuestros misioneros malagueños están en la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco anunciando el Evangelio en la frontera. Porque Caicara es una de las tantas fronteras de nuestro mundo y allí están ellos, representando a nuestra Iglesia Diocesana y testimoniando con sus vidas, la acogida y el amor fraterno que Jesús de Nazaret nos transmitió.

n este Día de la Misión Diocesana queremos expresar nuestra enhorabuena y nuestro apoyo a los misioneros Manolo, Antonio y Juanma que hacen realidad la misión de frontera con la entrega de sus vidas, su sacrificio y su alegría. Oremos por ellos y por todos los religiosos y laicos malagueños misioneros, para que nuestra misión diocesana siga viva.

Antonio Collado, sacerdote malagueño recién incorporado a la Misión de Caicara

«Ha bajado el número de fieles por la inseguridad en las calles venezolanas»

Es la tercera vez, en sus 30 años como sacerdote, que Antonio Collado deja su encargo pastoral en Málaga y marcha a Caicara del Orinoco a gastar su vida al servicio del Evangelio en aquellos lugares remotos. «Ya llevaba mucho tiempo soñando con volver y casi un año preparándolo –señala–. Hay que acostumbrarse al calor y al ambiente pero el cambio ha sido muy bueno. Se han alegrado muchísimo de verme. Se valora mucho la presencia de los malagueños aquí porque conocen el esfuerzo personal que hacemos y el esfuerzo que hace la Diócesis de Málaga para mantener aquí tres sacerdotes porque ellos saben que también allí (en Málaga) tenemos escasez de vocaciones». Muchas cosas han cambiado desde la última vez que estuvo en Venezuela: «El país está muy deprimido a nivel económico y a nivel social. Me sorprendió que muchas carreteras están completamente vacías. En Caicara, por la inseguridad que hay, se han tenido que adelantar las misas de la tarde y se nota la disminución del número de fieles porque muchos no se atreven a salir a la calle». En cuanto a la carestía económica, Collado resalta el optimismo de este pueblo: «esta crisis les ha hecho ser más solidarios todavía. Le preguntaba el otro día a una familia de cinco hermanas: «¿cómo os apañáis?»; y decían: «no pasa nada. Cada uno aporta lo que tiene y todos en la familia –que son muchísimos– comemos juntos». Es un testimonio de cómo las familias se ayudan, se apoyan...». Con vistas a la colecta de este domingo en las parroquias, hay que recordar que la subida de precios en Venezuela está siendo brutal y, que según el FMI, los precios subirán un 17.700% en dos años. Por eso, el misionero insiste: «nosotros dependemos directamente de la colecta que hoy se hace en la diócesis de Málaga para todo lo que aquí se hace. Ahora, especialmente, hay que apelar a la generosidad de los malagueños».

Juan de Jesús Báez, sacerdote recién regresado de la Misión de Caicara

«Aprendí a amar a Dios en la pobreza»

El sacerdote diocesano Juan de Jesús Báez fue a la misión por cuatro años y se quedó allí cerca de 10, de 2006 a 2016. Hace unos meses regresó a Málaga y el obispo le encomendó la comunidad parroquial de Álora. «Aunque mis queridos “perotes” me están ayudando mucho – afirma–, lo que está sufriendo ahora el pueblo venezolano no me dejó ni me deja indiferente; algo de mí se quedó allá. Sin quejarme, no ha sido nada fácil la adaptación». Ante la pregunta sobre qué es lo que más echa de menos, Juan de Jesús no tiene dudas: «¡aunque usted no lo crea, la comunidad sacerdotal! Manolo, Juan Manuel, Antonio y Gonzalo (este último de la diócesis de Bilbao que lleva más de 50 años en la zona atendiendo a los indígenas), se convirtieron en referente para mi vida sacerdotal: seguridad, fraternidad, confianza y apoyo. Lo cierto es que los extraño. Son mis héroes. Luego también mi comunidad parroquial de Santa Rosalía, jóvenes, niños, mayores, comunidades rurales e
indígenas; el clima y el paisaje de sabana y selva». La experiencia misionera ha sido, para Juan de Jesús, muy enriquecedora: «yo he aprendido de ellos a amar a Dios en la sencillez y pobreza. Nosotros deberíamos aprender a gozar de lo que tenemos y no conformarnos ante la corrupción y los
populismos; amar en verdad la justicia y la vida; y no caer en la indiferencia. Yo doy gracias a Dios por esos 10 años, si no los mejores, seguro los que me han hecho amar y entender mejor el Evangelio y experimentar a Jesús en medio de los más pobres».

Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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