
Droga, vida y libertad

José Rosado Ruiz
Médico acreditado en adicciones



Propedéutica espiritual de la enfermedad. ¿Puede la enfermedad llevarnos a Dios?
El Dr. José Rosado, médico acreditado en adicciones, profundiza en la sed espiritual de la persona que padece una enfermedad sin tratamiento médico posible, pero con unas ganas de vivir que nacen de lo más hondo de su ser.


Una presencia
La persona que estaba atendiendo era un paciente que estuvo en tratamiento por el consumo de drogas. Después de dos años de terapia, 14 meses de abstinencia y valorada su normalización familiar, integración social y evolución positiva, se decidió su alta terapéutica.


Paisajes interiores
Una vez superada la adicción y normalizada en su vida, las interrogantes e inquietudes siguen presentes, y también las añoranzas de esos estados gratificantes de conciencia que ofrecía la droga y que representan un grave y peligroso factor de riesgo para las recaídas


Un capellán medicinal
Con alegre obediencia asumió el nombramiento (1987) como capellán del hospital materno infantil de Málaga, que estaba en los primeros años de funcionamiento. Durante 9 años había completado su específico “Mir” en el hospital municipal de Antequera, y el tema lo tenía trabajado.

Efecto Cautivo
El Dr. José Rosado, acreditado en adicciones, escribe sobre la dimensión espiritual del ser humano, que no puede ser ignorada ni reprimida, y los efectos que provoca la devoción a Nuestro Padre Jesús Cautivo en tantas personas que lo acompañan en su salida procesional.
















Los silencios de la droga (II)
Ahora se tiene que contemplar otro episodio importante: dejar el consumo, rehabilitarse e integrase social, familiar y laboralmente, no significa que ya se ha terminado. La droga ha utilizado, fuera de contexto, con una intensidad patológica y de manera violenta y desordenada, una serie de mecanismo neuronales y de neurotransmisores que ha afectado la base de nuestro mundo interior y que nos garantizaba nuestro equilibrio afectivo y emocional.








La droga y el MOR
Cuando el consumidor de drogas pide ayuda y se reconoce enfermo, generalmente la enfermedad se ha desarrollado en su totalidad y ha llegado a una situación límite. La droga ha hipotecado su vida durante un periodo de tiempo, que incluso no siendo prolongado siempre es intenso, y en función de ella ha vivido unos estados alterados de conciencia, con fases de duerme-vela alternando con los de alerta máxima para conseguir la próxima dosis; ha vivido alejado de la realidad objetiva y confundiendo días y noches.




¿Por qué... maldito veneno?
Siguió adelante. Estaba entre la confusión y el desafío a la vida; en un ambiente cargado de angustia, nostalgia...quiso desaparecer de todo aquello que la rodeaba; no, no quería ver más... era tan grande su dolor, que su alma se había roto en mil pedazos. Puso por medio el "maldito veneno".

Ictus químicos versus ictus espirituales
"Mientras la religión no sea sino creencia y forma exterior y la función religiosa no se convierta en experiencia de la propia alma, no ha tenido lugar aún lo fundamental. Falta por comprender que el misterium magnum no sólo existe en sí, sino que a la vez y de manera muy principal está fundamentado en el alma humana" C. G. Jung










Familia sanadora
Diagnosticado de una enfermedad crónica y con un pronóstico de vida limitado, después de un tiempo de cuidados y vigilancia hospitalaria, y agotadas todas las medidas terapéuticas, el paciente recibe el alta y es enviado a su casa para un seguimiento domiciliario.

Un cura rural: "el frater"
Vicario de Arriate y atender las pedanías rondeñas de La Cimada y Lo Prados, era el destino de Ángel Ortiz Massaguer cuando me invitó, como amigo, vecino y conocedor de mis inquietudes, a pasar, durante las vacaciones de verano, unos días en su parroquia y participar en sus tareas.








Cuaresma terapéutica
Cuando el enfermo de la droga solicita ayuda, llega cansado de sí mismo, ausente del presente, con una mente confundida, y un futuro hipotecado; este escenario exige que en las primeras entrevistas que conforman la acogida, se le tiene que ofrecer una escucha atenta y activa con un grado de interés suficiente para que perciba que es importante para alguien.


¿Rezar? ¿Por qué?
Cuando la enfermedad de la droga irrumpe en la vida de una persona, provoca una quiebra en su biografía que tiene unas características especiales, pues se inicia generalmente con una voluntad que apenas tiene ocasión de intervenir y el significativo silencio clínico que marca la ausencia de síntomas desagradables, asociados a la experiencia de estados de conciencia gratificantes, dominados por una perversa idea de autocontrol, explican y justifican el consumo.









Demencia precoz
La opinión muy generalizada que dejando el consumo de drogas durante un tiempo suficiente, la persona se recupera totalmente, es una idea perversa que argumenta, facilita y precipita el “probar para saber qué se siente” y que conduce al inicio de una enfermedad que, al no ser autolimitada, tiende a progresar hasta su periodo de estado.

Placebo: recurso cerebral
No existe ninguna sabiduría en los prejuicios y, sin embargo, éstos se arraigan de tal manera, que son muy difíciles de anular, e incluso llegan a tomar categoría de verdades, por esto es necesario conocer antes de juzgar, para que nunca dejemos hipotecado un recurso que, con mínimos riesgos, pueda aliviar el sufrir humano.

Evangelio: Tesoro terapéutico
El consumo de droga durante un tiempo suficiente, ocasiona en algunas zonas cerebrales, una necrópolis neuronal que desencadena un déficit de sus funciones con las posibles secuelas asociadas, y esta situación hace necesario, como objetivo prioritario, rescatar su normalidad funcional, que es imprescindible para conseguir la rehabilitación del enfermo.

Marihuana sintética
Se comete un significativo error cuando ante un problema importante manejamos el relativismo como un recurso retórico para disminuir sus consecuencias y alejarlo de nuestra mente; y es que un problema olvidado no es un problema resuelto... que sigue creciendo.

Meditación terapéutica
La verdadera y auténtica realidad se encuentra en nuestro interior, en el territorio de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos que son los que definen nuestra calidad de vida, y el escenario donde se desarrolla los movimientos más resolutivos de la existencia humana.

El médico enfermo
Es evidente que las llamadas drogas, legales o ilegales, responden eficazmente a los niveles de angustia, soledad, depresión, tristeza y desamparo de la sociedad actual, y cumplen en principio, de manera rápida una función terapéutica: alejar a la persona de una realidad traumática y recrearse en un estado de conciencia que, experimentado como gratificante, es fácil que se desee repetir.





Desde el desierto
En las últimas décadas de siglo III, un grupo significativo de cristianos decidieron de manera individual y espontánea, impulsados por el mensaje evangélico- " vende lo que tienes, dáselo a los pobres y... ven, y sígueme"- abandonar familia, trabajo y patrimonio para buscar a Dios, y entendieron que el lugar más favorable para esa búsqueda era el desierto que garantizaba unas condiciones idóneas para una ruta que era especialmente interior; con fervor y entusiasmo se internaron en los desiertos de Palestina, Siria y Egipto, que le ofrecían la soledad y silencio.


¿Médicos camellos?
Un problema ignorado nunca es un problema resuelto, pero en las drogodependencias el tema se refuerza con el relativismo, que es el instrumento más perverso y eficiente para anestesiar la conciencia social, pues condiciona una indiferencia que determina la falta de interés por la información, y por lo tanto el desconocimiento de las trágicas consecuencias que provoca y, de manera selectiva, las herencias genéticas con la que estamos programando a las futuras generaciones.
















Una adicta en clausura
El primer consumo de una droga se identifica en muchos casos con el inicio de la enfermedad, pues, al estimular el sistema de recompensa cerebral, desencadena estados de conciencia gratificantes que grabados en los circuitos neuronales están siempre a la espera de ser rescatados por un recuerdo que, potenciado por la imaginación, se presentan en el consciente como experiencia positiva.





De veneno a remedio
La diversidad etiológica de la enfermedad de la droga, condiciona una complejidad terapéutica que confirma que no existen enfermedades sino enfermos y así los tratamientos, aunque sostengan necesarios elementos comunes, siempre poseen una específica individualidad.

¿Sociópatas o psicópatas?
Superar el síndrome de abstinencia y abandonar el consumo de la droga, se presenta como un objetivo inmediato en el abordaje de las drogodependencias, pero esto sólo representa el inicio de un proceso terapéutico que pretende situar a la persona en las condiciones idóneas para que pueda conseguir su normalización social, laboral y familiar y, recuperando su libertad, pueda decidir con autonomía, las metas y orientaciones que le quiere dar a su vida.


Adolescentes, memoria y "porros"
El cerebro, el órgano más perfecto jamás creado, garantiza al ser humano, con los programas grabados en su ADN, una supervivencia en las mejores condiciones posibles, y la perpetuación de la especie. Es una maquinaria que, manteniendo un perfecto equilibrio y una exquisita armonía y jerarquía, nos permite percibir, interpretar, crear, decidir y actuar. Y necesita que lo dejemos libre, tranquilo y limpio para evolucione fisiológicamente, y sus potencialidades puedan ir activándose y consolidando la integración de, hasta ahora, sus ilimitados recursos.
























