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«En el hospital, puedes evangelizar con una simple sonrisa»

Nando en el hospital
Publicado: 27/10/2020: 14670

La comunidad pasionista de Málaga está compuesta por 9 miembros, que van desde los 41 a los 96 años de edad, y cinco de ellos han dado positivo en coronavirus. Fernando Bar, Nando, es el más joven y, tras manifestar síntomas diversos (fiebre, diarrea, malestar y tos), fue enviado al hospital, donde ha pasado varios días ingresado con una neumonía bilateral.

«No sabemos cómo ha entrado en nuestra casa. Hemos sido todo lo cuidadosos que hemos podido en estos meses, aunque las actividades nos llevan a ir a un sitio o a otro y lo habrá cogido uno de nosotros y nos hemos ido contagiando poco a poco los demás. Los otros cuatro lo han pasado en casa, pero a mí me ha tocado ingresar en el hospital», explica durante su estancia en el Clínico.

Nando reconoce que su proceso ha sido “especialmente duro”, sobre todo los primeros días, en casa. Su empeoramiento le ha llevado a necesitar asistencia hospitalaria. «En la placa que me han hecho se ve que tengo los dos pulmones bastante afectados. Los médicos me dicen que la enfermedad es complicada, pero que puedo ir mejorando. Con los medicamentos me encuentro mucho mejor, pero esto lleva su tiempo», afirma aún desde su ingreso hospitalario.

Durante la entrevista, le comunican que ya se puede ir a casa. El alta responde a que está resuelta la insuficiencia respiratoria aguda parcial y que la neumonía va mejor. Le toca reposo y aislamiento, pero ya en su domicilio.

Este sacerdote, que desarrolla su labor en Málaga aunque es natural de Coruña, reconoce haber sentido miedo. «Me agarro al Señor y a la cruz, que es vida, resurrección y esperanza», explica. Otro pilar en este tiempo están siendo los que le cuidan. El joven religioso valora el trato recibido por el personal sanitario. «Ha sido exquisito. Tengo que agradecer mucho a los médicos, enfermeras, al personal de limpieza. Todos están pendientes de ti, y se establece una relación muy bonita. Viven y aman lo que hacen y eso se refleja en su tarea. Tú les agradeces y ellos te agradecen por darle las gracias».

Durante su ingreso, Nando ha permanecido en contacto con sus allegados y sus hermanos de comunidad. «Internet es un cómodo mensajero que me permite estar cerca de la gente, y a través de él, me han llegar muchas oraciones y mucho consuelo. Es una gozada saber que participamos de la comunión de los santos, que unos rezamos por los otros, incluso en la distancia», confiesa. Su vínculo con el exterior ha estado sobre todo en las llamadas y videollamadas, así como en las personas que «me acercan cosas a través del personal de planta, cosas que necesito y que me traen, o flores para recordarme que rezan por mí. Lo agradezco mucho».

Como sacerdote, no ha dejado de vivir su misión a pesar de estar enfermo y hospitalizado. «Me ha tocado estar y permanecer, como hacía la Virgen María. Con mi compañero de habitación he tratado de llevar el día a día y evangelizar en el trato con la gente que entra en contacto contigo. Siempre una sonrisa es mejor que una cara amarga; un “gracias”, mejor que una mala contestación. Muchos en el hospital no saben que soy sacerdote, pero el buen hacer es parte de esa sencillez que podemos aportar los que vivimos desde la fe», añade.

Ya preparando su salida del centro hospitalario, Nando lanza un mensaje a todos ante el coronavirus: «Que se cuiden, por favor. Nadie está exento de poder contagiarse, y si nos toca, que no nos dejemos, que acudamos a los médicos, sin perder la confianza en el Señor y experimentando a ese Dios amor que es capaz de acompañar y salvar a todos», concluye.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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