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MI CURA, por María Nieto

María Nieto
Publicado: 02/07/2020: 13110

Hay muchos tipos de amigos. Quizás para los que frecuentamos la iglesia como parroquianos, no resulta extraño tener un amigo cura. Pero cuando se lo cuentas a alguien que no es asiduo a ella, puede resultarles muy curioso. Conocer, conozco a muchos sacerdotes, pero con alguno, tengo una gran amistad.

A los sacerdotes se les presuponen muchas cosas por el simple hecho de serlo y la mayoría de ellos las tienen por vocación. Pero ¿qué pasa cuando rascas, ahondas y miras un poquito más allá?

Es complicado hacer ese ejercicio, puesto que ser sacerdote va implícito en su ser como persona. Pero es desde la profundización en el conocimiento de la parte humana, donde se acentúa más esa dualidad y se descubre que están llenos de Dios y muy cerca de Él y eso, siempre nos beneficia.

En muchos momentos, ese amigo, me saca de mi rutina y me hace mirar desde otra perspectiva. En otros soy yo quien lo acerca a una realidad más mundana. Tener un amigo cura puede surgir sin más, en cualquier momento, entorno o circunstancia. Como cualquier otra amistad, hay que mantenerla y fortalecerla. Para mí es una experiencia necesaria y que reconforta, un privilegio y sin duda una gracia recibida.

Diócesis Málaga

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