El Diario “Ya”, en su edición del 22 de de agosto de 1986, publicaba la siguiente información:

“El fin no justifica jamás los medios”, ha declarado a Radio Nacio­nal de España en Málaga el Obispo de esta Diócesis, Dn. Ramón Buxarrais, al ser preguntado sobre la fiesta celebrada en Marbella en el curso de la cual fue elegida Miss Marbella y cuyos beneficios, caso de producirse, se destinarían a los subnormales. Matizó que no tenía información sobre la fiesta de referencia, pero que de todas maneras sí podía hacer una valora­ción desde la fe, y como obispo de la diócesis de Málaga, de las galas benéficas que se acostumbran a celebrar en la provincia malagueña.

“Ante todo, dijo Mons. Buxarrais, debemos tender hacia una socie­dad donde no sean necesarias las celebraciones de fiestas benéficas. De­bemos conseguir que el Estado, ojalá un día no muy lejano, pueda cubrir todas las necesidades de los ciudadanos, de los colectivos, sin necesidad de que éstos tengan que recurrir a unos medios extraordinarios como son las fiestas benéficas”.

Y agregó: “En segundo lugar, si se organizan estas fiestas benéficas para ayudar a otras personas, sobre todo cuando se trata de personas sencillas, pobres, enfermas, yo creo que los organizadores, en conciencia, aunque no sean cristianos, deben pesar y sopesar mucho la fiesta o el medio a través del cual piensan adquirir fondos, y entonces no caigan en una contradicción; es decir, que para cubrir una necesidad a favor de otras personas, no nos sirvamos de unos medios que en sí son muy ambi­guos y discutibles, y quizás desde el punto de vista de la moral cristiana no sean lícitos, sean totalmente ilícitos”.

Dijo también Mons. Buxarrais: “A mi manera de ver, como obispo de Málaga, me dirijo a los cristianos sobre los que tengo una misión orientadora y ética de la moral cristiana, y también a las personas que aun no considerándose creyentes, son personas de buena voluntad, filántropos que buscan el bien común. Yo diría, repito, que aunque ha­gan una de estas cosas lo hagan a través de los medios que sean nobles, justos, honrados y que fomenten la cultura, como conciertos o bailes re­gionales de los que nuestra Andalucía es riquísima”.

Como la fiesta de referencia tuvo como protagonista a la mujer –un grupo de mujeres muy guapas y atractivas que iban tras el título de Miss Marbella-, el obispo de Málaga se expresó: “Yo, todo lo que sea rifar a la mujer como objeto, como reclamo de tipo corporal, por no decir erótico, me parece una simple equivocación”.

Terminó aplaudiendo y animando a los que intentan el bien co­mún acudiendo a ayudar a los más pobres y débiles, pero pidió que se haga por otros caminos.