Lectura (Lectio) La parábola del sembrador es una de las más conocidas del Evangelio. La leo con atención, me fijo en los detalles para acogerla como tierra buena en la que puede dar fruto abundante.

Meditación (Meditatio) Mateo ofrece en su Evangelio un material catequético bien ordenado. Presenta en un bloque las enseñanzas de Jesús (Mt 5-7), a continuación sus signos (Mt 8-9), después el rechazo de los fariseos y la aceptación de la gente sencilla (Mt 11-12) y en este capítulo 13 que se proclama este domingo recoge siete parábolas en las que explica que el Reino de los Cielos se hace presente en las palabras y los milagros de Jesús. La situación que provoca la parábola es el abandono del grupo de algunos discípulos ante el conflicto de Jesús con quienes ostentaban el poder político y religioso; por ello en la parábola se habla de una gran cosecha final a pesar de las oposiciones que encuentra. En este pasaje podemos distinguir tres momentos. El primero (Mt 13, 3-9) lo constituye la propia parábola, que tiene su centro en la semilla que produce una cosecha desmesurada. De este modo Jesús invita a sus discípulos a mantener la confianza en la fuerza del Reino de Dios. El segundo momento del pasaje (Mt 13, 10-17) es el intento de aclarar cuál es la función de las parábolas: son ocasión de que se muestre la acogida o el rechazo a la persona de Jesús y su mensaje. En el tercer momento (Mt 13, 18-23) el acento no se pone ahora en la gran cosecha final, sino en los diversos terrenos donde se siembra el mensaje, es decir, las diversas actitudes con que se acoge el anuncio del Evangelio. Con este último matiz, la parábola mantiene su invitación al ánimo para los misioneros que, anunciando el Evangelio, se encuentran con diferentes respuestas. Por otra parte, la parábola se convierte en una seria exhortación a los cristianos, para que la acogida del Evangelio no sea ahogada por las dificultades con las que se van encontrando y dé fruto.

Oración (Oratio) Vuelvo a leer el pasaje y con la ayuda del Espíritu y en diálogo con el Señor me pregunto: ¿Percibo que Dios siembra su Palabra en mi vida? ¿Con cuál de los distintos terrenos de la parábola me identifico más? ¿Por qué?

Contemplación (Contemplatio) «Dichosos vosotros por lo que ven vuestros ojos y por lo que oyen vuestros oídos». Expreso ante el Señor mi gozo y alegría porque puedo “ver”, percibir el misterio de Dios en tantos acontecimientos de mi vida y puedo “oír” permanentemente su Palabra. Callo y Adoro.

Compromiso (Actio) ¿Me he sentido alguna vez un “sembrador frustrado”? ¿De qué manera me anima a continuar sembrando a pesar de las dificultades?