
Una pandemia para salir más fuertes como comunidad eclesiástica
La labor de la Diócesis de Málaga durante la pandemia ha sido sobresaliente, según he podido observar a lo largo de las muchas semanas desde que se detectó el primer contagio en nuestra provincia el 28 de febrero. En esos primeros momentos de incertidumbre y desconocimiento, la actitud de las iglesias malagueñas tomando medidas como vaciar las pilas de agua bendita, o aconsejar no darse la paz con la mano fue muy pedagógica.